Que se joda el folio

  • Poesía
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El amor se va y llega la poesía,
Como un buitre esperando por sus muertos.
Llega fiel y oronda, y ríspida
Con su sarta inútil de adjetivos,
Con sus verbos grises que pintan los despueses,
Con sus versos en desorden llorándole a la historia.

¡Maldita la poesía que aparece cuando más se le agradece,
Pero menos se le quiere!

El amor se va, si es que alguna vez estuvo,
Si es que de verdad existe algo tan fuerte,
Y tú te quedas ahí con la pregunta del millón entre los labios,
Con la duda de un tal vez cerca del pecho,
Con los ojalases que se transforman en nada.

Se va, se esfuma, se evapora, se muere,
Se transforma en leyes oscuras y rituales aburridos,
En gritos mudos, en deber inaplazable,
En cosas, así de vulgar, en cosas.
Y uno se pregunta adonde fueron a volar las mariposas,
Y por qué están secas las manos,
Y por qué el día no amanece y termina como antes.

Entonces, claro, le echas mano a ella.
Y tomas un folio y vas poniendo sobre él los trozos,
Las astillas, las cenizas, los suspiros macerados.
Emborronas la cuartilla con recuerdos y rencores,
Ofrendas los adioses repetidos, las lágrimas podridas.
Vas poniendo tu dolor en cada letra,
Hasta que surge monstruoso tu poema,
Tu poema malo, estrafalario, triste, solo.

Entonces respiras más a gusto, libre de insomnios,
Libre de letras, libre de penas.
Que se joda el folio.

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